Domingo,
30 de marzo de 1980
Dormí bien en casa de Lilí. A las siete
de este domingo nos levantamos, indagamos quienes eran las brigadistas
destinadas a El Horno, y con ellas regresamos a la hacienda. A partir de este
momento ya no estaremos tan solitarios y podemos encontrar ratos de
distracción.
Ya en El Horno dormí otro poco, luego
estuve hojeando "La mente cambiante" hasta las once y media de la
mañana. Pasé después el resto de la mañana leyendo un poco de
"Historiadores de Indias", y tras comer, dormí la siesta. Luego, ya
en la tarde, conecté con España a través de la correspondencia, y por la noche
jugando y aprendiendo juegos de sociodramas nicas amenizados por las
brigadistas: unos de animales, en el que se nombra un animal, tras lo cual
todos corean: "Dice la señora que le pases el chucucullo a la señora"
en cuya frase se sustituye "chucucullo" por el animal en cuestión; y
otros de frutas, en que se menciona el nombre de una fruta, y luego todos
corean: "Por la mañana cuando me levanto, lo primero que hago es lavarme
(y se menciona la fruta elegida)". Estaban interesantes, por el regocijo
general. Luego, para finalizar la jornada, tuvimos una reunión con los
responsables, Danilo, comarcal, y Zenia, de las brigadistas.
Historiadores de Indias I |
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