Domingo,
20 de julio de 1980
En un intento de complementar y ampliar
mi cultura en América hoy ha sido un día bueno. He dialogado en la mañana y en
la noche con los campesinos; que desde su estrato inferior tienen una buena
visión del mundo sencillo y noble que le rodea; y poseedores de una ancestral y
quizá desconocida cultura popular, que ellos no necesitan leerlas en los
libros, pero llevan admirablemente a la práctica.
He leído algunos capítulos del libro de
Severo Martínez Peláez titulado "La patria del criollo", que aunque
básicamente ambientado en las tierras de Guatemala, puede con ligeras peculiaridades
étnicas y lingüísticas trasladarse a toda Centroamérica.
Ha sido un día animado, a pesar, o quizá
por ello, de que Marta, Ruth y Xiomara estuvieron fregándome todo el día.
Lunes,
21 de julio de 1980
He estado pasando la investigación
militante que para su zona hicieron los compañeros de Yúcul, en aras a la
complementariedad, y por razón de poseer una más amplia información de la zona.
A las cinco menos veinte bajamos a Yúcul,
pues al día siguiente teníamos una reunión en La Reina. Cuando llevábamos algo
más de un kilómetro se puso a llover fuertemente y nos mojó ya durante todo el
camino.
Ya en Yúcul, llegó poco después Elvira
desde El Cantón; estuvimos cenando y ensayando el sociodrama que debíamos
representar al día siguiente en La
Reina. Paco animó después la velada con canciones hasta que
nos fuimos a la cama.
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