Miércoles,
13 de agosto de 1980
Esta mañana se han ido los hermanos y la
mamá de Ruth. Les acompañamos la propia Ruth, Marta, un campesino que nos llevó
a Yúcul las maletas en caballería, y nosotros mismos. Dejamos las maletas en
Yúcul, y de allí fuimos a San Ramón donde dejamos en la Comisión Municipal la
investigación militante que terminé ayer. Fuimos después a Matagalpa donde
hicimos algunas compras y Rafa nos dio fotos.
Sobre las dos de la tarde regresamos a
Yúcul a comer, pues era el cumpleaños de Pepe y nos había invitado a
celebrarlo.
Como la noche cierra pronto, a las cinco
y media de la tarde nos subieron en coche hasta el cruce de El Cantón y
llegaríamos andando a la hacienda sobre las seis y cuarto. No había nadie en la
hacienda y nos fuimos con el mandador a la hacienda Santa Marta; donde habían
preparado una fiesta de despedida para las brigadistas. Hablaron varios
campesinos de una y otra hacienda; y Socorro, Marta y yo agradeciéndoles el
homenaje. Después, cenamos, y Paco y Ruth se vinieron a Santa Celia. El resto
nos quedamos hasta la una menos cuarto de la madrugada en que regresamos a
Santa Celia. No vinimos muy aprisa, y aunque se tarda unos veinte minutos en el
camino, hasta las dos de la madrugada no me acosté definitivamente en la cama,
después de curarme de las picaduras de las pulgas, que me tenían literalmente
cosidas las manos y los brazos.
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