Ayer el Mirandés
estuvo a punto de bajar administrativamente a Segunda B. Tras su primera
temporada en Segunda A, en la que logró la permanencia a falta de una jornada
para el final, después de una discreta primera vuelta, y una espectacular
remontada en la segunda, era obligatorio convertirse en Sociedad Anónima
Deportiva (SAD), para seguir compitiendo en Segunda A.
Era necesario
cubrir un capital social de 2.240.600 euros, que fueron aportados en un 41% por
minoritarios, y un empresario se comprometió a cubrir el 59% restante,
concretamente 1.313.680 euros, suscribiendo a tal fin dos boletines hasta el 30
de junio.
Había de plazo
durante este mes de julio, hasta ayer, para aportar el dinero suscrito, pero
tras ir dando largas, ayer a media tarde no lo había aportado.
El Mirandés sacó
un comunicado en el que expresaba sentirse engañado por el empresario, y se
puso manos a la obra para intentar salvar al club del descenso administrativo.
Y lo consiguió. Un año más, a pesar de las vicisitudes pasadas el Mirandés jugará en Segunda. ¡Enhorabuena!
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