lunes, 19 de diciembre de 2011

DIARIO DE UN BRIGADISTA: VACUNACIÓN EN ESTELÍ



7 de marzo de 1980

Hoy viernes me debo de haber levantado con morriña de la tierra. Adiós, mi España querida.
También parece que el autobús no es puntual. Presumiblemente habrá cambiado de ruta.
Luego en ANDEN escribimos a nuestros amigos de España, recibiendo después la primera parte de un interesante cursillo de primeros auxilios.

Esa tarde fuimos a Estelí. En España nos habíamos puesto la primera dosis de la vacuna contra el tifus y necesitábamos la segunda dosis para preservarnos de enfermedades infecciosas. Por ello en Estelí, en el hospital español, nos inmunizamos. Para llegar a Estelí hubimos de correr kilómetros y kilómetros de un maravilloso paisaje tropical. Algunos kilómetros antes de llegar a Sébaco hubimos de cerrar los cristales mientras dos personas procedían a la fumigación del autobús, requisito que también pasamos a la vuelta. Así pues, en Sébaco morían los parásitos del norte y los del sur. Tras esta ciudad torcimos por la carretera de la izquierda -la de la derecha nos llevará dentro de unos días a Matagalpa-, y por ella a través de curvas y observando el humear de los volcanes llegamos a Estelí y al hospital militar.
Estelí, a vista de pájaro, me pareció un pueblo pobre. Las brechas abiertas de la guerra aún se percibían en los edificios derruidos, en los edificios baleados por el traquetear de las ametralladoras y de los rockers, y por la sencilla gente de rostros que han perdido la sonrisa y que hacían cola para llegar al hospital. Para llegar al interior de éste hay que pasar por un control militar similar a los controles para penetrar a los cuarteles de España, pues no en vano era un hospital militar español.
Solícitos médicos y enfermeras hicieron amena nuestra corta estancia allí tras la vacuna, y se nos impartió un pequeño coloquio sobre las enfermedades más corrientes del campesinado nica, paludismo principalmente; y lo que podíamos hacer para fomentar la higiene y preservarnos de las enfermedades. También trató de las enfermedades venéreas y formas de combatirlas, pues al parecer, solo en Managua capital, el ochenta por ciento de la población es sifilítica.
Al término de la charla, partimos nuevamente hacia Managua, con fumigación en Sébaco, como dije. Los trámites se van cubriendo.




Hospital Universitario (El Clínico) de Salamanca. 2009

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