Viernes,
28 de marzo de 1980
Tras cambiar estos días pasados el resto
de los dólares que me quedaban, me encuentro blanco de ellos, aunque me quedan
aún algo más de dos mil quinientos córdobas hasta que nos llegue el próximo
envío de dólares, que en teoría debe de salir de España el próximo día uno de
abril. Confiemos en que nos llegue en la primera quincena, aunque ya nos han
comentado lo “puntual” que es la administración española a la hora de soltar la
pasta. Pero al estar en tierra extraña esperemos que no nos deje morir de
hambre.
A media mañana fuimos a dar un paseo por
la carretera de El Horno (llaman carretera a este camino de tierra), y nos
encontramos con los españoles ubicados en Uluse y Pancasán, que iban a
Matagalpa.
Tras la comida, con la tranquilidad que
supone el tener casa fija y libre de preocupaciones porque aún no han llegado
brigadistas, doy rienda suelta al popular “deporte” español de las tardes
veraniegas: la siesta. Y el calor tropical de este país, pese a lo fresco de la
montaña, invita al sueño.
Reanudo luego el contacto con España a
través de la correspondencia, -aún no hemos recibido ninguna carta de España-,
y luego estuvimos comprando una caja de Pepsis y viendo la televisión hasta las
diez de la noche, aproximadamente. Mientras veo la televisión, hojeo un libro
de cultura general y descubro que la manzana equivale a seis mil novecientos
ochenta y nueve metros cuadrados, por lo que una hectárea equivale a una
manzana con cuarenta y tres centésimas de la misma aproximadamente. La manzana
es la medida de superficie que se utiliza por esta tierra.
Hacia las diez de la noche, nos retiramos
a dormir.
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Comarca de El Horno. Nicaragua 1980 |
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