viernes, 2 de marzo de 2012

DIARIO DE UN BRIGADISTA: COMPÁS DE ESPERA




Viernes, 28 de marzo de 1980

Tras cambiar estos días pasados el resto de los dólares que me quedaban, me encuentro blanco de ellos, aunque me quedan aún algo más de dos mil quinientos córdobas hasta que nos llegue el próximo envío de dólares, que en teoría debe de salir de España el próximo día uno de abril. Confiemos en que nos llegue en la primera quincena, aunque ya nos han comentado lo “puntual” que es la administración española a la hora de soltar la pasta. Pero al estar en tierra extraña esperemos que no nos deje morir de hambre.
A media mañana fuimos a dar un paseo por la carretera de El Horno (llaman carretera a este camino de tierra), y nos encontramos con los españoles ubicados en Uluse y Pancasán, que iban a Matagalpa.
Tras la comida, con la tranquilidad que supone el tener casa fija y libre de preocupaciones porque aún no han llegado brigadistas, doy rienda suelta al popular “deporte” español de las tardes veraniegas: la siesta. Y el calor tropical de este país, pese a lo fresco de la montaña, invita al sueño.
Reanudo luego el contacto con España a través de la correspondencia, -aún no hemos recibido ninguna carta de España-, y luego estuvimos comprando una caja de Pepsis y viendo la televisión hasta las diez de la noche, aproximadamente. Mientras veo la televisión, hojeo un libro de cultura general y descubro que la manzana equivale a seis mil novecientos ochenta y nueve metros cuadrados, por lo que una hectárea equivale a una manzana con cuarenta y tres centésimas de la misma aproximadamente. La manzana es la medida de superficie que se utiliza por esta tierra.
Hacia las diez de la noche, nos retiramos a dormir.

Comarca de El Horno. Nicaragua 1980

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