lunes, 9 de julio de 2012

DIARIO DE UN BRIGADISTA: RECIBIMOS UNA LLAMADA DE ATENCIÓN




Lunes, 12 de mayo de 1980

He ido al Banco a sacar quinientos pesos, pues había amanecido con ciento cincuenta y cinco córdobas. Estuvimos de compras y nos regresamos a San Ramón.
Allí me dieron carta de mi familia y tuvimos reunión con Palomares, en la cual nos informó:
1) Informes enviados a Madrid.
a) estadístico y de las actividades de marzo, de todos.
b) primera quincena de abril, sobre ubicación, etc.
c) segunda quincena de abril, sobre higiene, sanidad, alimentación, seguridad personal.
Nos informó que el de la primera quincena de mayo estaría en función nuestra, según los informes que le hemos entregado; el de la segunda quincena de mayo, sobre cuestionarios; el de la primera quincena de junio sería todo obra nuestra, del municipio.
2) Que nos ciñéramos al aspecto educativo, esto es, al aspecto pedagógico, didáctico, educativo.
3) Dinero. Hubo que ir a Panamá a buscar el dinero del mes de mayo.
4) Actividades de los coordinadores.
5) Estelí.
6) Preguntas generales (interinidad, alimentos).
Independientemente, y antes de la mencionada reunión, los coordinadores nicaragüenses nos llamaron la atención, a Paco y a mí en concreto, por salir de la hacienda con riesgo de nuestra seguridad personal. Nos defendimos y tomaron nota de nuestra defensa. La basamos fundamentalmente en que nosotros estábamos al margen de la ideología política de cualquier signo que fuera, y valorábamos más en conciencia la humanidad que la disciplina. Disciplina era no salir de la hacienda, según está establecido en los lineamientos de la Cruzada. Humanidad era salir cuando una persona se ponía enferma y había que llevarla al médico, al hospital, a alguien que tuviese los conocimientos precisos de los que nosotros carecíamos, y en la hacienda no lo había. Para nosotros tenían más importancia la defensa de los derechos humanos que el cumplimiento de órdenes que limitaran el desarrollo de esos derechos; tenía en nuestra conciencia prioridad lo moral a lo legal. Por ello salíamos de la hacienda, máxime que siempre lo hacíamos por causas justificadas.
Cuando los coordinadores nicaragüenses se fueron nuestros responsables directos nos confiaron que estuviésemos tranquilos y siguiésemos así, si lo considerábamos necesario, y que por su parte no había complicaciones.
Estando en la comisión, tras la reunión, llegó Luz Marina, agotado su permiso y nos subimos a Santa Celia; y después me estuve bañando en el beneficio. Teníamos ducha en la casa, pero hoy preferí bañarme en el beneficio y de paso comenzar a hacer mis pinitos nadando, que todavía no sé.
Tuvimos la consuetudinaria reunión con las brigadistas en la que les informamos que Karla se quedaba entre nosotros, que habíamos levantado los expedientes de mala conducta y les dimos unos consejos básicos de disciplina dentro de la tolerancia, en el orden social; y en el aspecto pedagógico pedimos la lista de alfabetizandos. Fueron después a la bodega a la reunión con la ATC (Asociación de Trabajadores del Campo) a la cual yo no asistí.
Aunque se le agotaba el permiso, Rosa no se ha presentado hoy.

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