lunes, 29 de octubre de 2012

DIARIO DE UN BRIGADISTA: INVESTIGACION MILITANTE DE SANTA MARTA





Viernes, 13 de junio de 1980

Esta mañana se han ido los mandadores y Richard con ellos. Por la tarde, estuve supervisando a los tres grupos escolares, y rogué a los campesinos que avisaran a sus compañeros que debían asistir a las clases; no sé si conseguiremos que vuelvan pues son bien reacios.
Paco ha estado socializando el Diario de campo con Patricia, y las muchachas han estado haciendo el control de las UAS. Yo por mi parte, he visto que ha pasado el día y la semana y no me he enterado. Estando ocupado el tiempo pasa veloz, bien que se sabe.
He estado pasando la investigación militante que Ada, Marta, Julia y Patricia han hecho de la hacienda Santa Marta. Esta es una síntesis:

 Geografía: Limita al norte con La Lima, al sur con Santa Celia, al este con Monte Cristo, y al oeste con las montañas. Está rodeada de bosques, cerros, colinas, montañas y pequeños ríos a los que se les da el nombre de criques. Para acortar el camino hay que caminar por lomas.

A Santa Marta se llega por camino y trocha (atajo para llegar más rápido). Hay dos carreteras en lados opuestos. Una que va a La Lima y sigue la carretera que va a Matagalpa. La otra va a la hacienda Santa Celia, pasa por el empalme de la hacienda El Cantón y sigue la carretera a San Ramón. La carretera está en muy mal estado, y la están componiendo, pues con las lluvias no se podía transitar. Están procediendo a echarles piedras y abrieron una nueva carretera.
Historia: Era una pequeña finca de veinte trabajadores, de Guillermo Trewin que se llamaba La Constancia, cambiándole el nombre por Santa Marta. En este tiempo las casas de los trabajadores eran rústicas, parecidas a chozas, con techo de tejas y unas cuantas tablas que medio tapaban las paredes.
La finca se convirtió en hacienda cuando la administró el hijo de Guillermo Trewin, llamado Enrique Trewin, quién mejoró la finca, hizo construir mejor las casas de los campesinos, las hay de ladrillos de barro, de tablas de madera y de cinc, distribuidas en cuartos con una pequeña cocina y un patio; mandó construir cuatro buenos campamentos para los mozos y amplió la cocina, pero no les pagaba bien a los campesinos y les exigía trabajar más.
Con el cambio de propietario se tenían más manzanas para el cultivo del café y campesinos de otros lugares vinieron aquí para trabajar. Algunos se quedaron, se casaron, procrearon hijos y de esa forma la población fue creciendo. Hoy hay unas cuarenta casas.
Enrique Trewin era paramilitar, por lo que con el triunfo de la Revolución Popular Sandinista y el gobierno revolucionario pasó a manos del pueblo. Ahora esta hacienda es administrada por el INRA (Instituto Nacional de Reforma Agraria).
 Actividades: La producción es fundamentalmente agrícola, se produce café, aunque también existe el plátano y algunos árboles de cítricos. Los distintos trabajos que se realizan son: podar, abonar, sembrar café y desherbar. Estos trabajos lo desarrollan unas ciento cincuenta personas. También hay algún ganado de leche que se utiliza para las haciendas de Santa Marta y Santa Celia.
No existe producción artesanal, ni talleres ni fábricas. Solo hay un taller de carpintería, del cual sacan tablas para hacer sus viviendas y también postes para los cercos.
No hay servicios de agua y de energía; la luz se produce a través de un motor, en la hacienda. La luz es buena y se ocupa en toda la hacienda.
 Movimientos migratorios: Su población es de unas sesenta personas, pero en su mayoría la hacienda es trabajada por campesinos que viajan constantemente y el setenta por ciento de la población se moviliza hacia otras zonas. Cada quince días, el día de pago, unas veinte o treinta personas se van y en cambio vuelven otros. Por lo general tienen terreno y viajan solo en el tiempo que no están sembrando para ganar algún dinero. Vienen de todas partes de Nicaragua, especialmente de las minas de La India en León, aunque también los hay de Santa Rosa, San Pablo, El Naranjo, Sabana Grande, El Jicaral; ya que en estos lugares viven sus familias y algunos de ellos tienen allá un pedazo de tierra.
La migración se da por razones de trabajo, durante todo el año en periodos variables, de quince días, un mes y hasta seis meses.
 Salud: No hay ningún centro de salud cercano; pero existe un botiquín médico para los trabajadores. Las enfermedades más comunes son la anemia por la falta de vitaminas en su alimentación; diarrea y lombrices en los niños, calentura, artritis, tos, dolor en el cerebro, en las espaldas, parásitos y reumatismo. Malaria. Son producto del desaseo, falta de higiene, tipo de trabajo, descuido. Hasta ahora se están construyendo letrinas, antes no las había. Se les atiende por medio de un doctor del INRA en Matagalpa, que sirve a toda la comunidad, pero no desarrolla ningún programa, y por un encargado de salud que recibió un curso de primeros auxilios. La posible forma de solución es poner un dispensario y un médico permanente, pues no existen otros servicios de salud.
Educación: Antes de la Cruzada no existían ni escuelas, ni maestros, ni expectativas de mejorar en el futuro. El ochenta por ciento de la población es analfabeta, todos se han integrado de lleno en la alfabetización, se imparten las clases en el comisariato y en la casa hacienda. Existe buena asimilación y participación. Hay problemas visuales en algunas personas, pero aún así asisten diariamente.
Organizaciones sociales: Sólo existen la ATC (Asociación de Trabajadores del Campo) y las milicias populares sandinistas. Ambas tienen buena acogida y participación.
La ATC existe desde hace unos cuatro meses, se reúne en una casa con corredor que llamaban “la Rata” o “el comisariato”; en el sindicato se recogen fondos para ayudar en algún problema de algún compañero, el aseo de la hacienda, vela por los intereses de la hacienda y ayuda a levantar la producción. Organiza fiestas y piñatas para los niños. En estas actividades participa un diez por ciento de la comunidad; esta escasa participación se debe a la falta de concientización de la comunidad, y a que el ATC anterior no estuvo muy organizado. Hay falta de ánimo en la gente.
 Medios de comunicación: Solo existe radio, que lo posee el diez por ciento de la población; la escuchan a las cuatro de la mañana, pues a esa hora ya están levantados por su trabajo y por la tarde están descansando.
El programa que más gusta es el Correo de las tres de la tarde; y El Mensajero del Norte, éste por la mañana y por la tarde; los avisos, por oír música ranchera, y noticias por darse cuenta de lo que pasa.



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