miércoles, 17 de octubre de 2012

DIARIO DE UN BRIGADISTA: LOS ESPIRITUS REGRESAN





Martes, 10 de junio de 1980

Cuando parecía que todo había terminado, vemos que no es así. Aún los espíritus siguen pendientes de nosotros y recordándonos citas pendientes y promesas incumplidas. La mesa volvió a moverse sin intervención humana. Me pregunto hasta cuándo, porque de lo que no tengo en modo alguno son intenciones de realizar una nueva tabla para comunicarnos con el destino. Bastante he sufrido ya a costa de ello.
Nos fuimos después a San Ramón a una reunión de españoles, de los coordinadores solo llegó Mercedes, trayéndome cartas de España, y yo le di las que tenía de Antonio Alcántara. Ruth y Patricia nos acompañaron; pues iban al médico de San Ramón, Ruth por problemas del estómago y Patricia por problemas del periodo.
En la reunión se trató fundamentalmente del guaro, de las fiestas, del rendimiento en el trabajo y de la campaña antiespañola que se estaba montando.
Como sucede en casi todas las actividades de la vida, en el río revuelto nos meten en el mismo saco a justos y pecadores, por lo que habrá que atemperar con lo venga y estar a las duras y a las maduras.
Comimos en La Cabaña con los de Yúcul, y cargamos unas pocas de latas de comida.
De regreso, en Yúcul, cargamos material y subimos para Santa Celia. Paco iba a la par de Ruth y Patricia; yo, como iban despacio, no los esperé porque el cielo amenazaba con descargar. No obstante, mis esfuerzos también resultaron vanos y nos pusimos, yo también, como una sopa, chorreando agua por todas partes. Llegué sobre las cinco y veinticinco a la hacienda y ellos un poco más tarde, literalmente empapados; hube, por tanto, que cambiarme la ropa, y tuvimos después reunión con el objeto de repartir el material.

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