Viernes,
27 de junio de 1980
La labor pedagógica la teníamos dividida
en tres frentes, o más bien nuestra misión debía de desarrollarse en tres
frentes a la vez. Por un lado, en la propia hacienda, la rutina casi diaria de
supervisión y asistencia técnico pedagógica a las brigadistas. Misión que cumplíamos
con creces, pues el mínimo establecido era de una reunión por semana. El
segundo frente era acudir la mañana de los lunes a las reuniones que teníamos
en San Ramón, bien con los coordinadores españoles, bien con los de la Cruzada , nativos del país.
Y el tercer frente era con los responsables comarcales y asesores técnicos de
la comarca, que en nuestro caso estábamos compuestos por Luis, Pepe, Paco y yo
(cuatro españoles en el mismo grupo), Elvira, de El Cantón, y Ana Rosa de toda
la comarca. Quedamos que la sede social de reuniones la haríamos en El Cantón
teniendo en cuenta que Elvira no era muy buena andariega. Ana Rosa, debiendo
residir en El Cantón, lo hace en Los Pinares, pero es de más vitalidad
caminando que Elvira.
Así pues, hoy a las ocho y cuarto fuimos
a El Cantón. Hacia las nueve y media llegaron Ana Rosa, Pepe y Luis desde Los
Pinares y a las diez todos juntamente con Elvira comenzamos un círculo de
estudio, que así se llaman las reuniones de este tercer frente.
Como era obligado, le hubimos de poner
nombre a la célula del círculo de estudio. Triunfó la tesis de Paco y por
unanimidad se decidió que fuera "Jesucristo, Divino Maestro"; el periódico
mural obtuvo el nombre del mártir de la revolución nicaragüense “José Adán
Vázquez Centeno”, dando gusto en este punto a Ana Rosa.
Este primer círculo de estudio trató de:
1) Poner nombre a la célula y al
periódico mural.
2) Distribuir el plan de trabajo de los
diferentes círculos de estudio.
3) Hacer un estudio del plan de trabajo
previsto para hoy.
Los resultados fueron:
a) Poner a la célula el nombre de
“Jesucristo, Divino Maestro” y al periódico mural el nombre de “José Adán
Vázquez Centeno”. También nombrar a Elvira Cuadra Rueda como responsable de
célula.
b) Fijar las reuniones en El Cantón de
diez de la mañana a una de la tarde de los días veintisiete de junio, y dos,
cuatro, ocho, once, quince y dieciocho de julio.
El calendario programado de cada día es
el que sigue:
Viernes, 27 de junio de 1980:
Estudio del Manual Andenista.
Coyuntura andenista.
Crítica y autocrítica.
Miércoles, 2 de julio de 1980:
Colonialismo e imperialismo.
Historia y desarrollo del sindicalismo
revolucionario.
Viernes, 4 de julio de 1980:
Los trabajadores sandinistas y tareas del
momento.
Martes, 8 de julio de 1980:
Método de organización del trabajo
obrero.
Viernes; 11 de julio de 1980:
Martes, 15 de julio de 1980:
El sindicalismo no es democratismo.
Viernes, 18 de julio de 1980:
Asamblea en San Ramón con todos los participantes
de cada célula y su responsable. Se emulará la participación, asistencia,
puntualidad y disciplina.
c) Respecto al programa de trabajo
establecido para hoy, estudiamos:
* Manual del Andenista: Introducción. Objetivos.
Funciones. Orientaciones. Implementación.
Recomendaciones. Sugerencias. Organizaciones. Conducta andenista.
* Reglamento Interno de ANDEN mientras
dure la Cruzada: Introducción. Reglamento. Organigrama. Causas de sanción.
* Organigrama: Asamblea General. Comisión
Ejecutiva. Comisión de Vigilancia. Comisión departamental de implementación y
ejecución de tareas. Responsable municipal, zonal, comarcal y de célula.
Hicimos varias consignas, le pusimos al
grupo canción propia, y al finalizar nos tiraron una foto al grupo.
Regresamos a Santa Celia sobre la una y
media de la tarde, y en el camino de El Cantón, Paco, sempiterno legionario,
-en dicho cuerpo sirvió de soldado en España-, amoldó una canción legionaria a
la realidad nicaragüense, y nuestra canción del Círculo de estudio quedó
reformada y será esa "Legión de maestros", que medio en broma,
poniéndole letras nuevas a viejas canciones; con Pepe, Luis y yo de testigos,
vimos nacer.
El camino de El Cantón, que luego se
bifurcaría a la derecha hacia Los Pinares y a la izquierda hacia Santa Celia,
fue mudo testigo del lugar que la vio nacer.
La lluvia, en suave brisa, nos animó a
marcar más aceleradamente el paso, al compás de las estrofas, pero la canción
ya estaba creada. Y la ropa mojada. Pero era de ley. El tiempo, que no la ropa.
Tras comer, supervisé la marcha de las
clases de las brigadistas, estuve revisando las pruebas iniciales y terminamos
la jornada con una reunión informal.
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