CLASE DE HISTORIA
(Salamanca,
28 de octubre de 1974)
La
clase copia. El profesor, lento y ligero, explica
una
lección. La historia de la
Historia
es
el tema. Con la rapidez del rayo
unos
copian apuntes inservibles. El día,
pese
a ser del otoño, es caluroso.
Alguien
bosteza. Pienso en lo inútil de la teoría.
Otros,
más distraídos, piensan. Piensan en la Historia,
en
la realidad de la historia de su vida.
Yo
que ni pienso ni bostezo ni copio,
escribo
improvisando este intento de poesía.
El
calor pega de lleno. El profesor habla
de
las culturas de Oriente e ignoro qué de Almería,
ah,
sí, ahora repite, del vaso campaniforme.
¿Que
utilidad tiene tanto esbozo de teoría?
Alguien
baja la persiana. Los que piensan no se inmutan.
Sigue
hablando el profesor del reino de los hititas.
Es
el consuetudinario acontecer de la clase.
Salvo
el amante del rayo, piensan todos. Filosofía
se
le llama a esta rama particular de la ciencia.
-
¿Qué hora es?- bostezando, un compañero musita.
-
Las cinco-, responde otro, mientras que sigue copiando.
El
calor cae de pleno. El timbre toca. La historia
de
la Historia
ha terminado. Otras clases esperan.
He
dormitado un momento. Otros piensan y cavilan.
Al
fin se oye un murmullo. Olvidamos el pensar.
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