lunes, 16 de enero de 2012

DIARIO DE UN BRIGADISTA: VISITA AL LAGO XILOÁ



Miércoles, 12 de marzo de 1980

Esta mañana seguimos en la UNAN con las charlas.
Nos explicaron el pensamiento político de Sandino: antiimperialista, defensor del antiintervencionismo y de la autodeterminación de los pueblos, partidario del nacionalismo y con marcada proyección latinoamericanista e internacionalista; según puede desprenderse del libro "El pensamiento vivo de Sandino".
La composición social del ejército es de obreros y campesinos.
Nos hablaron también de la ineficacia de la OEA (Organización de Estados Americanos); definida por el Che Guevara como la prostituta de América.
Nos orientaron sobre la composición de la Guardia Nacional, reclutada entre la clase alta entre las bajas y baja entre la media, que defienden sus intereses, además de a Somoza; cobran impuestos ilegales con juegos de azar y casas de prostitución; expropian ilegalmente tierras, etc.; es decir, defienden su posición social, y una vez que consiguen entrar a formar parte de la Guardia ya es clase privilegiada.
Respecto a las actividades de Somoza, todos sus atropellos se resumen en el control de impuestos sobre negocios ilícitos que inician su fortuna personal; la explotación de las haciendas cafetaleras alemanas, y la utilización de la deuda del estado para sus negocios, amén de apropiarse del producto de la solidaridad internacional tras el terremoto de diciembre de 1972.
Se nos explica también el sistema educativo de Nicaragua; resumido en dos años de Preprimaria, seis años de Primaria, cinco años de Secundaria, dividido en tres años de ciclo básico y dos años opcionales; y cinco años de Universidad.
Ahorita se han suspendido los cursos por la organización de la Cruzada Nacional, a la que el gobierno ha destinado doscientos millones de córdobas.

También hoy comimos en el comedor universitario y como aún no estábamos atareados en el desarrollo del Cuarto Taller, no perdíamos ocasión de viajar. Esta tarde fuimos al lago de Jiloá. Como no conozco bien Managua mis recuerdos del trayecto son ahora confusos. Creo que subimos a través de la carretera que seguía el Ruta trece, es decir, la que llevaba a Ciudad Sandino y que antes de llegar a este barrio de Managua, que queda a la izquierda conforme se va por la carretera, hay que tomar otra carretera a la derecha y ésta es la que nos conduce a Jiloá, no sin antes divisar desde el microbús el lago de Asososca; que creo que es del que se abastece la capital.
Para llegar al lago hubimos de salvar un portón que nos impedía el paso, y después por una enorme pendiente llegamos al propio lago de Jiloá. Compramos unas cervezas y sentado a salvo de la canícula me dispuse a contemplar el grandioso lago.
Salvo las palmeras, aquel lago me recordaba mi Salamanca, cuando en las primaverales tardes de mi adolescencia paseaba por el paraíso salmantino de la Aldehuela. Solo que el lago era más inmenso que el río. Dos lanchas motoras surcaban sus aguas; las palmeras se miraban en los espejos del lago y las arenas bronceaban sus cuerpos en la playa. Alguno de los nuestros tomó un baño. Yo, con mi cerveza -Toñi o Victoria, no recuerdo, pero qué importa-, me convertí en poético espectador del paisaje. Cuanto más miraba el lago más me recordaba la Aldehuela de mis jóvenes años. Había además otros chopos de la ribera, pero eran las palmeras las que me revelaban la cruda realidad. Estaba en América, no en Salamanca, estaba en un lago, no en un río, estaba frente al Jiloá, no junto al Tormes.

Lago de Jiloá, hermoso, inmenso
paraíso de cristal, en tu líquido elemento
me recordaste mi amada tierra charra.
Cuanto añoraba
las arenas del Tormes junto a tu playa;
y su cristalina corriente junto a tus aguas,
pese a faltar en mis riberas
la idílica esbeltez de tus palmeras.

Cuando la noche iba cerrando regresamos a nuestros hogares a compartir nuestra existencia con los naturales.
Pero en mi recuerdo queda, como quedarán otras tantas metáforas y frases conceptos, la visita a Jiloá como una tarde de paseo a la Aldehuela nica.
Tras el viaje de recreo al Jiloá, mi existencia con los naturales se tradujo en una larga plática con Ángela y otra amiga, sobre el taller que comenzaremos un día de estos y sobre costumbres nicas.


El Tormes a su paso por Salamanca. 2009


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