miércoles, 26 de septiembre de 2012

DIARIO DE UN BRIGADISTA: EXTRAÑOS MERODEANDO LA HACIENDA




Domingo, 1 de junio de 1980

Esta mañana he estado trabajando en el control quincenal de las UAS.
Como presentía, la sesión del pasado jueves no sería la única y hoy se ha puesto de manifiesto. Llegaron sobre las doce Pepe y Luis, de Yúcul y tras comer, estuvimos en el beneficio haciendo otra sesión con la tabla ouija Patricia, Julia y yo, pues Paco y Marta no están, tampoco Luz Marina, pero ésta no jugó el otro día; bajaron esta mañana a Matagalpa con las mamás de Luz Marina y de Marta. Pepe y Luis estuvieron de testigos, pues Luis no se creía que la copa se moviera.
En mi opinión, la sesión estuvo un poco deslucida, en el beneficio, a la luz del día y la lentitud de los movimientos no convenció en absoluto a Luis. Pepe andaba a rachas de creerse y no creerse que la copa se moviera por su cuenta sin que nosotros la empujáramos.
El espíritu no era maligno, era una mujer nica que llevaba dieciocho años muerta y en vida se llamó Esmeralda. Entre las respuestas a nuestras preguntas destacó que Luis no creía “porque no pone el dedo y cree que vos la movéis y es mentira”.
Tras la sesión, Patricia, Julia y yo acompañamos a Pepe y Luis hasta el portón de la entrada en el término de Santa Celia, en el límite con Bavaria, regresando sobre las seis de la tarde.
El día, por otra parte, ha sido movido en el sentido de peligrosidad. Ha venido un tipo extraño, de El Horno en opinión de Amanda, la cocinera; y también se han presentado tres tipos armados a los que han andado persiguiendo los milicianos. No sé si serían miembros de la contra o qué. El caso es que por hache o por be todavía no he hecho el Informe de ANDEN.
Rosa se ha ido a Managua, y ni Paco, ni Luz Marina ni Marta han venido.

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