Viernes,
9 de mayo de 1980
Esta mañana me he levantado con la
intención expresa de ir a San Ramón. Acompañé al mismo tiempo a Rosa, que iba a
pedir permiso para ir a Managua a graduarse la vista.
Durante el trayecto de Santa Celia a
Yúcul nos encontramos con Karla que regresaba sin permiso a la hacienda, con lo
cual, presumiblemente, acarreará nuevos problemas que añadir a los no
resueltos.
En San Ramón recogí la correspondencia
que desde España nos enviaran. Le conté a Edgard, de la comisión de San Ramón,
el problema de Karla, confirmándome que definitivamente no podía estar en la
hacienda, y que de momento, no nos iban a mandar más brigadistas.
Fuimos al comedor La Rosa a comer con
Pedro, el de Soria, luego regresé en raid con José Luis Cardó que ya venía en
uno, supongo que de Matagalpa, y llegué a las cuatro y media a Santa Celia.
Como no tuviera mejor cosa que hacer,
ayudé un poco a Paco en el Informe para la coordinación española pero lo dejé
pronto.
Hubo más tarde reunión con los campesinos
de las dos haciendas, trataron en primer lugar de los problemas internos de la
hacienda; continuó Marta dando consejos básicos de salud, y luego la
participación de Karla terminó siendo un verdadero mitin político que provocó
la división de las opiniones de los campesinos entre los que pretendían que
Karla se quedara y los que manifestaban que debían de seguir los dictados de la
comisión de San Ramón, que no la consideraba necesaria.
Tras la reunión con el campesinado
realizamos otra entre nosotros que trató de diversos temas que debían de realizar.
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