2
de marzo de 1980
¿Es esta la Managua de la que nos han
hablado? Bien es cierto que el aeropuerto no es ninguna cosa del otro mundo, e
incluso la fuerza de seguridad son unos jóvenes chavalos con una
responsabilidad que les viene ancha, pues apenas han salido del cascarón y ya
empuñan automáticas, pero no muchos metros más allá, ¡qué contraste! Sin duda
debe de ser el mejor hotel de Managua, porque si es del montón no parece que
por esta ciudad hallan pasado guerra ni terremoto. Amplias habitaciones dobles
con baño individual, piscina, comedor y jardines en que contemplar la exótica
vegetación tropical. El calor pega duro y un buen baño nunca vendrá mal. Qué
placer es esta reconfortante ducha en este tórrido calor. Qué difícil es
aclimatarse al cambio de temperatura; en España un frío invernal -no en balde
es invierno- y aquí un calor infernal -producto del trópico-. Intento vestirme,
pero la tela hiere mi espalda y mi entrepierna. Son las diez de la mañana y
estoy rendido del viaje y del calor. Desnudo como mi madre me parió me tumbo en
la cama y me cubro con la colcha para protegerme, no del calor, condenado de
él, sino de las picaduras de los mosquitos. El cansancio me impide dormir,
aunque dormite, pero al menos intento relajarme. El radiador de aire frío
tonifica el ambiente; ya puedo vestirme y reflexiono: "Esto es
maravilloso, aquí no parece ni que haya pasado la guerra. ¡Qué hotel!, baño
individual, piscina, jardín, palmeras, todo verde, la gloria". ¿Quién
habló de terremotos?
Hacia las dos de la tarde llegó la
comida. Éramos muchos y posiblemente el personal no pudiera atendernos
debidamente en la mesa, por eso en orden, en fila india, con la bandeja y el
cubierto debemos pasar ante el pote de comida, variada y exótica. No sé qué
comimos. Allí nos servirían y podríamos sentarnos en amplias mesas, en orden,
por favor.
- Para beber, ¿qué desea?
- Coca Cola, por favor.
- Deguste nuestro nica libre.
No pruebo el alcohol, pero, ¿cómo ser
descortés? Y me bebo un vaso de ron pasado por agua, un auténtico nica libre,
en un país en que en los festivos y vísperas está prohibido el alcohol, según
dicen, pero a nosotros ¡qué nos importaba!
Recibimiento en el aeropuerto de Managua (02-03-1980) |
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